Los integrantes del Proyecto Amenmose desarrollamos cinco campañas de trabajo de campo entre 2020 y 2025 en la tumba de Amenmose. Durante las dos primeras campañas de trabajo de campo (2020 y 2022), el equipo llevó a cabo un estudio fotográfico, una evaluación del estado de las pinturas y relieves, una identificación y traducción de textos jeroglíficos, estudios iconográficos, y se documentaron las pinturas y relieves mediante dibujo epigráfico digital. También se analizó el estado de conservación del monumento y se realizaron diagnósticos de los deterioros, desarrollando acciones de urgencia para su preservación.
Durante la campaña de 2022 se completó el 90% de las tareas de pre-consolidación en áreas de yeso vulnerable o con pintura descascarillada. Se aplicó limpieza mecánica en seco con esponjas Wishab® en zonas cubiertas de hollín y polvo. El tratamiento tuvo resultados positivos y los colores volvieron a aparecer, por ejemplo, en el techo.
Durante esas campañas (2020 y 2022), se accedió a la tumba a través de un pequeño túnel de 70 x 88 cm y un hueco de 50 x 37 cm desde una tumba lindera (TT 129), ya que la entrada original está tapada, se estima, desde el siglo XIX. Por ello, era necesario abrir la entrada original y despejar el patio de la tumba, lo que contribuiría además a la protección integral de los monumentos, que se encuentran en el área de la necrópolis tebana considerada Patrimonio Cultural de la Humanidad.
En la campaña realizada en 2023 se descubrió la fachada original de la tumba y en sus jambas se identificaron textos e iconografía inéditos, al tiempo que se descubrieron relieves con la imagen de Amenmose frente a una mesa de ofrendas. Cuando Champollion visitó la tumba en 1828, había mencionado en sus notas que las inscripciones de la puerta estaban en estado fragmentario, y no descifró su contenido. El trabajo de traducción desarrollado por el equipo reveló que tres líneas verticales de textos jeroglíficos de la jamba derecha refieren a rituales, por ejemplo, de purificación con agua. Una inscripción singular de esta misma jamba dice “siguiendo el corazón en la puerta”, aludiendo al paso de Amenmose por el umbral al espacio sagrado de la tumba-capilla. Cabe señalar que hasta la fecha no se ha encontrado otra expresión similar en monumentos funerarios.
Durante la campaña 2024 se alcanzó el objetivo de abrir el acceso original a la tumba y se colocó una puerta de hierro, se reconstruyó el dintel y parte de las jambas, a partir de lo cual se logrará una organización más eficiente del trabajo en el sitio y el desarrollo del plan de conservación de las pinturas murales y relieves previstos para las campañas siguientes. De hecho, comenzó a desarrollarse un plan de conservación que incluyó limpieza química, por ejemplo, en el sector cubierto por una capa de hollín junto a la entrada. En la puerta de hierro se colocó el nombre de Amenmose y el número de la tumba (TT 318), permitiendo su identificación e integrando el monumento al paisaje tebano.
Por otra parte, durante la campaña 2024 se produjo un significativo hallazgo: el descubrimiento en el patio de una estructura rectangular central de 2,30 x 1,00 metros, con un reborde rocoso que sobresale dirigida hacia la puerta de TT 318. Dicha estructura fue excavada en 2025 y resultó ser el pozo funerario de la tumba, de manera semejante a las halladas en los patios de otros tumbas-capillas datadas en la temprana dinastía XVIII. Por lo general, los pozos funerarios de las tumbas-capilla de este período son verticales y se localizan en el interior conectándose de esta manera con las cámaras funerarias. Luego del entierro se rellenaban y así se tornaba inaccesible el ingreso a la cámara. Posteriormente, son reemplazados por corredores descendentes excavados sobre el lado sur de la capilla o la sala transversal.
Además se descubrieron dos accesos en el NE del patio que se denominaron Tumba del Patio 1 (CT1) y Tumba del Patio 2 (CT2), y se realizó una exploración superficial de estos, que se encuentran colmados de sedimentos y objetos.
Durante las campañas 2023, 2024 y 2025 aproximadamente dos mil quinientos hallazgos fueron registrados, catalogados y fotografiados; un pequeño porcentaje de los cuales corresponde a materiales del siglo XX d.C., y un alto porcentaje al Egipto faraónico. Parte de esta evidencia proviene de tumbas localizadas en las inmediaciones, a causa de las continuas intervenciones efectuadas en la necrópolis, por viajeros, saqueadores, población local y misiones responsables de investigaciones científicas.






