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Torres Rivas, Edelberto

Allen Cordero Ullate

Aportes al marxismo latinoamericano y caribeño

El marxismo de Edelberto Torres Rivas puede caracterizarse por ser un conjunto de elaboraciones teóricas y aplicadas enmarcadas en una concepción crítica de la sociedad. El pensamiento crítico de Torres Rivas se nutrió de diferentes fuentes tales como: círculos y grupos académicos, militancia, autores clásicos y latinoamericanos lo que dio lugar a elaboraciones no doctrinarias sino de amplio espectro marxista buscando siempre comunicarse con la realidad centroamericana y latinoamericana. Su marxismo es de alto nivel teórico en combinación con datos de las realidades que buscó explicar. Los estudios marxistas de este autor fueron elaborados especialmente dentro del período que se enmarca en el proceso de gestación, desarrollo y declive de la revolución centroamericana; es decir, aproximadamente entre 1961 a 1987.1

Seguidamente se hace un repaso de algunos de los principales campos de aplicación del marxismo por parte de Torres Rivas:

Revolución, dictadura e imperialismo

A Edelberto Torres Rivas se le tiene como un auténtico centroamericano, un intelectual que no solo conoció profundamente la realidad de la región como un todo, sino que vivió largamente en diferentes países centroamericanos. Pero siendo de nacionalidad guatemalteca y habiendo vivido la llamada revolución de octubre de ese país (1944–1954), proceso que fue cerrado mediante un golpe de estado de factura imperialista, es natural que Torres Rivas se haya interesado en escribir sobre esta importante revolución que se podría entender como el gran antecedente de lo que serían las revoluciones de 1979-1987 en Centroamérica. Este autor analizó que ese proceso fue una revolución “desde arriba” que sin embargo no aprovechó el desarrollo organizativo de las masas, por lo que fue derrotada; para Torres Rivas se debió haber destruido el estado burgués. El régimen político que había en Guatemala con la caída del general Jorge Ubico en junio de 1944 era para este autor una dictadura terrateniente. Pero este proceso se constituyó en un fenómeno peligroso para los intereses terratenientes e imperialistas, especialmente el componente de la reforma agraria ya que puso en pie de lucha a las masas campesinas. Esta reforma conllevó nada menos que la expropiación de las tierras de la United Fruit Comany.  Sin embargo, los dirigentes de ese gran proceso pensaban ilusamente que el “ejército de la revolución”, en un contexto de recrudecimiento de la lucha de clases, defendería a Arbenz.  Pero, de acuerdo con Torres Rivas, la cúpula de Arbenz no sabía, o bien del todo no quería entender, que este era un ejército burgués y que como tal ayudó a poner fin a la aventura revolucionaria antes que defenderla y estimularla. (Torres Rivas, 1979).

El tema de la revolución será una constante en las elaboraciones de Torres Rivas, en el contexto de este período convulso.  En un trabajo de clara adhesión marxista, concretamente, “Sobre la teoría de las dos crisis en Centroamérica” (1982), el autor, postulará que la revolución centroamericana combina dos tipos de crisis, que serían, la primera, la crisis de la oligarquía y la segunda la crisis del orden capitalista. Ambas crisis tendían a mezclarse en el contexto de la ofensiva popular, cuya máxima expresión era la revolución nicaragüense.  Quiere decir que entre ambas crisis había una suerte de continuidad. Siendo que la oligarquía no podía transformarse en democrática y que las masas populares y campesinas aspiraban a mejorar radicalmente su vida, había que tomar el poder para acabar con la dictadura para instalar la democracia, por una parte, pero también por otra parte, para atender las necesidades sociales postergadas. O sea, la lucha antidictatorial se articulaba con la lucha social.  Esto era lo que había ocurrido con la revolución nicaragüense, y, estaba sucediendo en el momento que se elaboró ese texto, con la revolución salvadoreña. Uno de los autores utilizados por Torres Rivas para hacer este análisis fue Nicos Poulantzas, pero no para confirmar las elaboraciones de ese autor sobre el Estado, sino para postular justamente lo contrario, es decir, que en Centroamérica prácticamente no ha habido autonomía (relativa) de la política sobre los intereses de la clase dominante, salvo en el caso costarricense.  

En un texto de orden teórico y “ortodoxo”, Torres Rivas afirmará que será en la sociedad burguesa donde el Estado encontrará su forma más acabada. Los intereses materiales de la burguesía constituyen la base de la construcción de una nación. Por tanto, con la expansión de las relaciones capitalistas de producción a nivel global, los estados nacionales adquieren su máximo desarrollo. Torres Rivas se apoyará en Trotsky para indicar que las naciones más atrasadas avanzan a saltos pues no requieren obligatoriamente experimentar todas las etapas del desarrollo económico y político de manera endógena y lineal, sino que debido a sus relaciones internacionales pueden experimentar saltos históricos.2 Pero lo nacional no es una reproducción calcada de lo internacional. Más bien, las sociedades nacionales se pueden entender como complejas relaciones de fuerzas de clases. Haciendo referencia a Cardoso y Faletto, postulará que la sociedad latinoamericana es una sociedad dependiente.  Las clases dominantes de cada uno de los países son dependientes de las clases dominantes centrales. La dominación del imperialismo sobre las sociedades nacionales se ejerce utilizando a las clases dominantes locales como intermediarias del poder económico y político mundiales. “En nombre de los intereses de nacionales la dominación de clase se vuelve hegemonía de clase”.  (Torres Rivas, 1981a: 113).

En otro texto de este período, “Ocho claves para comprender la crisis en Centroamérica”, quizás el más radical, Torres Rivas, se enfocará en el análisis del desarrollo histórico de Centroamérica hasta llegar al contexto del máximo pico de ascenso de esa revolución, en 1979-1981. Afirma este autor que el Estado funciona como una dictadura militar, siendo el aparato represivo el centro del poder.3 Igualmente se dice que el movimiento revolucionario de la región ha puesto en jaque mate a la burguesía centroamericana. Torres Rivas someterá a una crítica frontal la línea de los Partidos Comunistas de la región por otorgar un papel a la burguesía en la revolución “demoburguesa”.  En contraposición al balance negativo que aquí hace de los PC, la simpatía de Torres Rivas por las organizaciones político - militares es transparente. Para él, estas organizaciones han logrado articular la lucha económico-política con la lucha armada. Asimismo, ve muy positiva la experiencia del FSLN, donde cada una de sus tres tendencias hizo aportes particulares para el triunfo y desarrollo de la revolución. (Torres Rivas, 1981b).

Historia centroamericana

Los estudios históricos fueron una línea de trabajo muy constante en la vida de Torres Rivas. Incluso fue con una elaboración de carácter histórico que este autor se hizo muy relevante en la región y más allá. Concretamente, el libro Interpretación del desarrollo social centroamericano. Procesos y estructuras de una sociedad dependiente fue muy estudiado y discutido durante todo un período de la Sociología centroamericana; tiene ya más de 20 ediciones.  El texto constituye un profundo análisis de la historia centroamericana enfatizando en su diversificación productiva, desde el café hasta el Mercado Común Centroamericano (MCCA), subrayando así las diferentes etapas productivas, que ha transitado la región, en conexión íntima con la división internacional del trabajo, entendiendo esas etapas como sucesivas reestructuraciones de la dependencia. El marco teórico de este libro es la teoría del desarrollo de la CEPAL.  Esa teoría entendía América Latina como una economía subordinada o dependiente de los países centrales a partir de lo cual, se proponía el desarrollo “desde adentro”. 

Una vez pasado el proceso revolucionario centroamericano e instalándose lo que se ha dado en llamar “transición democrática”, las investigaciones históricas de Torres Rivas se encaminaron por nuevos rumbos, esto es, el estudio de la historia no desde la óptica de la revolución sino de la democracia. 

En este campo su trabajo más ambicioso fue la coordinación general de la Historia General de Centroamérica. (1994).  Este proyecto se desarrolló de 1989 a 1992, involucrando a 32 personas investigadoras del más alto nivel. Además, de este papel de coordinación general, tuvo a su cargo la edición del sexto volumen; el dedicado a la historia inmediata. En ese marco el texto “Introducción a la década”, caracteriza que esa década 1979-1991, fue una década infame debido al retroceso económico y social en el contexto del recetario de políticas neoliberales. Igualmente, aquí se plantea una crítica a la guerrilla centroamericana. Para él, hubo un fracaso práctico de las estrategias de cambio revolucionario de esa guerrilla. Tal fracaso llevó a que organizaciones de origen guerrillero como el FSLN y el FMLN abandonaran el marxismo.  Considera Torres Rivas que la revolución no fue un factor decisivo para el advenimiento de la democracia. Más bien, lo que sucedió fue que las élites político- militares locales se pusieron a tono con los aires democráticos internacionales.

En el libro La piel de Centroamérica (2007a), explicará el autor que el hilo rojo que ha orientado su estudio, el cual repasa una vez más la historia de Centroamérica desde la independencia hasta principios de la década de los 90 del siglo pasado, es la búsqueda de la modernización. El balance sintético que se puede hacer de esta búsqueda es que la misma ha fracasado. Vale precisar que en este libro se puede constatar una combinación conceptual. Se habla de clases e intereses de clases. Pero también se utilizan los conceptos de actores, conflictos (en vez de lucha de clases), grupos, clase agraria dominante, ente otros. Por tanto, un texto teóricamente ecléctico, muy lejos de una ortodoxia que se pudiera calificar de marxista. En este trabajo Edelberto habla de que la revolución nicaragüense fue una revolución democrática y de lucha por la justicia social; ya deja de hablar de su dinámica socialista.

La democracia

La democracia fue un tema absolutamente recurrente en la trayectoria del pensamiento y la acción de Edelberto Torres Rivas. En el contexto de la revolución centroamericana, la lucha antidictatorial está completamente vinculada con la aspiración por la democracia, donde aparece prácticamente como el motor principal de esa revolución. Una vez que la situación regional devino en las negociaciones de paz y por ende en la puesta en marcha de procesos electorales denominados como democráticos, plasmados en Esquipulas II, Torres Rivas, se orienta al análisis de la democracia como un fenómeno “en sí”, es decir, el régimen político como un fenómeno relativamente independiente de condicionantes sociales y económicos.4

El libro El tamaño de nuestra democracia (1992) se puede considerar una elaboración de transición entre la concepción crítica de la democracia y una concepción puramente democrática.[5] Se plantea en ese trabajo que hay tres tipos de democracia en Centroamérica: i) La costarricense que es una experiencia ejemplar. ii) La nicaragüense, que fue resultado de una revolución. Y, iii) La del resto (Honduras, Guatemala, El Salvador). Se concibe que la transición democrática en esos tres últimos países es un proceso que viene siendo ejecutado desde arriba, desde el Estado, no desde abajo, es decir, desde la sociedad. Este libro contiene una parte general de tipo teórico que se puede calificar de marxista, donde palmariamente se dice que la democracia capitalista es una manera de disfrazar la explotación permanente de la clase explotada. Pero el análisis concreto que se hace de Centroamérica no se puede calificar de marxista, puesto que ya no relaciona la democracia política con la democracia social. 

En los estudios de Torres Rivas realizados a partir de los años 90 sobre el tema de la democracia se manifiesta una perspectiva teórico-política muy moderada; incluso defensora del status quo político. Si bien, el autor expresará un doloroso lamento esencial por la persistencia e incremento de las desigualdades y la exclusión, lo que es agudizado por las políticas neoliberales; al mismo tiempo, será de la opinión de que se requiere de una cultura democrática entendida como moderación esencial. (Torres Rivas, 1998a).  En otras palabras, si bien, la crítica social de Torres Rivas siempre fue implacable;[6] en cambio, en el espacio de lo político, en ese período posrevolucionario, observó en la democracia lo máximo posible que se podía alcanzar. Para este autor, el Consenso de Washington era un marco condicionante prácticamente imposible de superar; hasta los sandinistas se estaban ajustando a las políticas neoliberales.      

Epistemología de las Ciencias Sociales

En muchos de los trabajos de Torres Rivas hay alusiones a campos como la epistemología o la filosofía especialmente de la historia. En sus primeros trabajos, así como en aquellos que tratan directa o indirectamente de la revolución centroamericana se filtra una cierta concepción de la historia como avanzado de manera progresiva hacia un fin racional; cierto hegelianismo marxista. En sus trabajos posrevolución centroamericana, tal el caso del muy debatido artículo, “Acerca del pesimismo en las Ciencias Sociales”, (2001), se inclinará hacia una concepción pesimista posmoderna.  Para él, con el fracaso de la modernización en América Latina, devino la certeza de que la historia lo que tiene son resultados estocásticos. En este contexto la matriz marxista fue la más dañada pues el pensamiento racional va por otro lado; por el lado del mercado.

Por eso para Edelberto, de manera contundente no se está en América Latina, para nada, en un momento “paradigmático”, o sea, de enmarcamiento o búsqueda de un paradigma, que en su momento lo constituyó el marxismo. Más bien, se puede decir que esta es la época del anti- paradigma. Las exigencias kuhnnianas no son aplicables hoy en día a las ciencias sociales. (Torres Rivas, 2011).

El pesimismo epistemológico de Torres Rivas estaba completamente vinculado con el fracaso del proyecto de la modernización. Y, dentro del proyecto el proyecto modernizador de la izquierda, incluso para él la revolución no tuvo mayor sentido, de ahí la pregunta: ¿Qué se ganó con la revolución si hoy en día Centroamérica está más pobre que antes? (Torres Rivas, 1997). 

El marxismo de Torres Rivas  

Para contextualizar el marxismo de Torres Rivas es indispensable contestar a la pregunta: ¿Qué fue el marxismo centroamericano, concretamente el enarbolado por las organizaciones político-militares? Fue un marxismo dedicado especialmente a debatir la revolución, por tanto, preocupado por cuestiones como el carácter de la revolución, posible gobierno revolucionario, fuerzas motrices, sujetos, y de manera muy importante, tácticas y estrategias de trabajo militar y de masas. Por ello mismo se alimentó de fuentes relativamente cercanas desde un punto de vista histórico y geográfico, o bien, de experiencias que respondieran de mejor las necesidades prácticas de la revolución. Por tanto, autores enmarcados en la revolución cubana como el Che Guevara, Fidel Castro o Camilo Cienfuegos tuvieron gran relevancia. O bien, autores como Mao Tse Tung (China), Ho Chi Minh y Vo Nguyen Giap (Vietnam) eran los de estudio obligatorio en las filas guerrilleras. En el caso de la experiencia rusa indudablemente el autor mejor conocido fue Lenin y en menor medida Trotsky.  El marxismo clásico normalmente se estudiaba fragmentariamente, siempre con finalidades prácticas no puramente teóricas.

En cambio, el marxismo de Torres Rivas fue principalmente un marxismo académico, es decir, con mejor dominio de clásicos, pero sin urgencias prácticas revolucionarias inmediatas. Más bien, el afán de sus elaboraciones era interpretativo. No obstante, sea cuales hayan sido los vínculos orgánicos que hubiera habido entre Torres Rivas y las organizaciones político-militares es posible que el período de mayor cercanía de este autor con la revolución fue el momento culminante de esa revolución.  Pero no debería afirmarse que Torres Rivas en esa etapa hubiera sido un “intelectual orgánico” de la revolución; se mantuvo principalmente como un marxista universitario.

El distanciamiento, o incluso más allá, el enfrentamiento de Torres Rivas con la izquierda guerrillera centroamericana se expresa claramente en el libro La izquierda centroamericana en la encrucijada, (1998b), cuando dice que la revolución socialista ya no es viable. La izquierda debería hacer un esfuerzo autocrítico y pasarse a la socialdemocracia. Cuando Edelberto habló de socialdemocracia se estaba refiriendo a una socialdemocracia situada históricamente, es decir, la democracia posible, la centroamericana, no la europea. Al respecto, Costa Rica, era el país que más se acercaba a ese ideal social democrático centroamericano.    

Un comentario y un tema abierto

Ni justicia social, ni desarrollo democrático, caracterizan a la Centroamérica de la tercera década del siglo XXI. Lo más trágico de todo fue la degeneración de la revolución más esperanzadora de la región, la revolución nicaragüense, la última que nombró al socialismo marxista en el mundo. Es que, más recientemente otras “revoluciones” han aparecido en América Latina, pero hablan en nombre de otros inspiradores: Bolívar, ciudadanía, u otras banderas más difusas; pero estos procesos no resuelven los temas que pretendió resolver la revolución nicaragüense y centroamericana en general. Así, mientras las tareas originarias de la revolución sigan sin resolver, el gran fantasma del marxismo todavía recorre Centroamérica.

Finalmente, vale indicar que el tema étnico fue tratado solamente de manera muy tangencial por Torres Rivas. Esto es importante, pues en la realidad, los grupos indígenas centroamericanos se han revelado centrales en la lucha democrática y social en varios países de la región, en particular, en Guatemala. Es un tema que dejo abierto para futuras investigaciones.

Notas

1. Puede resultar problemático establecer tanto un punto de apertura como de cierre de la llamada revolución centroamericana. El antecedente más importante de la gestación de esta revolución son las desigualdades sociales, pero esas desigualdades son históricas; vienen desde el período de la independencia y más atrás aún.  Antecedentes más directamente relacionados con esta revolución pueden ubicarse en el triunfo de la revolución cubana en 1959. También se puede tener en cuenta la fundación de organizaciones político- militares que a finales de los años 70 y principios de los años 80 jugaron papeles de direcciones de estos procesos, tales son los casos del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), de Nicaragua, fundado en 1961; las Fuerzas Armadas Rebeldes (FAR) de Guatemala surgidas en 1962, y, las Fuerzas Populares de Liberación Farabundo Martí (FPL), en El Salvador, gestadas en 1970. En aquellos años todas estas organizaciones y otras que les siguieron, o que le acompañaron, se reivindicaban del marxismo, el socialismo y de la revolución cubana, así sea con distintos énfasis, tendencias, análisis, tácticas y estrategias particulares. El punto simbólico de cierre de la revolución puede establecerse en el año 1987 con la firma de los tratados de paz, conocidos como Esquipulas II. Tarde o temprano las organizaciones político-militares se integraron a la llamada transición democrática y abandonaron posicionamientos teórico-políticos inspirados en el marxismo y en el socialismo.      

2. Implícitamente, Torres Rivas, hace referencia a la formulación de Trotsky de la ley del desarrollo y combinado aplicada al entendimiento de los desarrollos nacionales. De acuerdo con Trotsky, la revolución socialista rusa de 1917 fue posible debido a la combinación de dos grandes elementos sociopolíticos. Por una parte, atraso (régimen zarista) y por otra parte adelanto (capitalismo que dio lugar a una poderosa clase obrera). Como la burguesía era incapaz de derrotar al zarismo e imponer la clase, entonces la clase obrera derribó al zarismo y al mismo tiempo impuso sus intereses de clase.  Por lo tanto, “salto” de etapas, la democracia burguesa era evitable, se podía pasar a una etapa más avanzada; la democracia socialista.  

3. Esta idea del ejército como el verdadero eje del Estado, de clara factura marxista, está subrayada muy enfáticamente en el prólogo escrito para el libro El fusil y el olivo: la cuestión militar en Centroamérica, elaborado por Gabriel Aguilera (1989).  

4. En esta línea de estudios puramente políticos de la democracia hay trabajos de corte descriptivo, tal es el caso del informe de investigación, en coautoría con Francisco Rodas Maltez, Percepción ciudadana de la democracia (2007b). Dicho trabajo presenta los resultados de una encuesta de opinión aplicada en Guatemala en agosto del 2007. Se concluye que en ese país se vive en una democracia de calidad media.

5. El análisis crítico de la realidad centroamericana fue permanente en Torres Rivas, incluso en el período posterior a la revolución centroamericana. Particularmente este autor fue incisivo con su propio país; Guatemala. Un ejemplo de este tipo de estudios lo constituye “Guatemala a 2000: un edificio de cinco pisos (Introducción a un análisis de estratificación)”, (2005), utilizando la metáfora de un edificio, dirá que ese país es un edificio oscuro y feo. Consta de tres pisos hacia arriba y dos pisos hacia debajo de la tierra. Solo el penthouse, el piso de arriba, constituido por una minoría, la élite, será un espacio, iluminado, elegante y cosmopolita. El resto hacia abajo como mínimo será de mal de gusto.  El trabajo es una combinación de caracterización estratificacional con caracterización social y cultural. Nótese, sin embargo, que el marco teórico utilizado por Torres Rivas es el de la estratificación social cuyo sujeto es el individuo no la clase, como lo aconsejaría una perspectiva marxista.     

                            

Referencias

Torres Rivas, Edelberto (1979) Crisis y coyuntura crítica: la caída de Arbenz y los contraataques de la revolución burguesa. En: Centroamérica: entre revoluciones y democracia, Antología. Jorge Rovira Mas, Bogotá, CLACSO, 2008.

Torres Rivas, Edelberto (1981a) La Nación: problemas teóricos e históricos. En: Centroamérica: entre revoluciones y democracia, Antología. Jorge Rovira Mas, CLACSO, 2008.

Torres Rivas, Edelberto (1981b) Ocho claves para comprender la crisis en Centroamérica. En: Centroamérica: entre revoluciones y democracia, Antología. Jorge Rovira Mas, Bogotá, CLACSO, 2008.

Torres Rivas, Edelberto (1982) Sobre la teoría de las dos crisis en Centroamérica. En: Centroamérica: la democracia posible. EDUCA-FLACSO, San José, Costa Rica.

Torres Rivas, Edelberto (1989) “Prólogo” En: El fusil y el olivo: la cuestión militar en Centroamérica, Gabriel Aguilera, DEI, San José, Costa Rica, 1989.

Torres Rivas, Edelberto (1992) El tamaño de nuestra democracia, Istmo Editores, San Salvador, El Salvador.

Torres Rivas, Edelberto (1994) Historia general de Centroamérica, (Coordinador), Seis Tomos. FLACSO-Costa Rica, San José.

Torres Rivas, Edelberto (1997). Revoluciones sin cambio revolucionario. En: Nueva Sociedad, Nro. 150, julio-agosto 1997. Pp.84-89.

Torres Rivas, Edelberto (1998a) Los desafíos del desarrollo democrático en Centroamérica. En: Centroamérica: entre revoluciones y democracia, Antología, Jorge Rovira Mas, CLACSO, 2008.

Torres Rivas, Edelberto (1998b) La izquierda centroamericana en la encrucijada, Fundación Friedrich Ebert, San José, Costa Rica.

Torres Rivas, Edelberto (2005) Guatemala a 2000: un edificio de cinco pisos (Introducción a un análisis de estratificación). En: Centroamérica: entre revoluciones y democracia, Antología, Jorge Rovira Mas, CLACSO, 2008.

Torres Rivas, Edelberto (2007a) La piel de Centroamérica, FLACSO-Costa Rica, San José, Costa Rica, 2007.

Torres Rivas, Edelberto (2007b) En coautoría con: Francisco Rodas Maltez, Francisco.  Percepción ciudadana de la democracia, PNUD, Ciudad de Guatemala.

Torres Rivas, Edelberto (2011) “Prólogo ¿Hay que matar a Kuhn?”. En: El paradigma inconcluso. Kuhn y la Sociología en América Latina, Allen Cordero Ulate, Costa Rica, UCR.